La verdad es que para mi fué un descubrimiento, me parecieron impresionantes aquellos tres tipos vestidos con unos monos verdes, un bajista con una voz tan personal y moviéndose en el escenario con esa mezcla de swing y new wave tan potente en ese momento en Inglaterra, un batería con una energía como nunca había visto en directo y un guitarrista del que tenía las referencias de haber pertenecido a un grupo tan distinto como Soft Machine.
Volví a Madrid enloquecido con el grupo y dispuesto a dejarme la piel por hacer algo grande con ellos en España. Lo cierto es que al principio no fué nada fácil. Yo desde mi posición de Director de A&R (arte y repertorio), tuve que andar convenciendo a algunas personas que no compartían conmigo el entusiasmo que yo traía de Londres. Hasta tuve que oír críticas y cosas como que no eran originales y que desafinaban.
Pero el tiempo puso a todo el mundo en su sitio y el éxito acompañó como tenía que ser.
Durante mi periodo de A&R en CBS, lancé cuatro de los cinco discos de The Police consiguiendo unas ventas excepcionales y varios números uno.
The Police vinieron a Madrid, para actuar y en giras de promoción. Sting y Andy Summer eran muy amigos y parecían muy relajados, mientras que Stewart Copeland mostraba un carácter más introvertido y cierta agresividad. Recuerdo como anécdota una pelea entre Sting y Stewart, cuando nos dirigíamos a TV en el autobús, como si se tratase de dos chavales pegándose a la salida del colegio. Una situación bastante chocante que reflejaba en aquel momento una relación un poco difícil entre ambos.
Pero lo más importante es el legado discográfico que han dejado y la huella en la música de nuestro tiempo.
Zenyattà Mondatta (1980)
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