Tomadas desde El Blog de Adolfo, estas entregas son una estupenda guía. Ilustradas con unas fotos buenísimas que aportan una visión de la ciudad mas allá de convencionalismos, resultando una interesante manera de descubrir un lugar donde no vives pero que interesa conocer. Adolfo muestra no solamente los tópicos, también las peculiaridades y los detalles que seguro se les escapan hasta a los propios nativos.
Nueva York 2009. DÍA 3
Por Fito
El jueves despertamos con un día lluvioso, así que decidimos empezar la jornada visitando museos. Empezamos por la NEUE Galerie, para ver la exposición BRÜCKE: el nacimiento del expresionismo en Dresde y Berlín, 1905-1913 (la exposición nos gustó y, además, siempre se puede tomar una café vienés y una buena tarta en cualquiera de los dos excelentes cafés del museo).
Después fuimos a The Frick Collection, una mansión fantástica en la 5ª avenida (el arquitecto fue Thomas Hastings, que también diseñó la NEUE Galerie), en donde disfrutamos tanto del magnífico edificio (salas, muebles, un espectacular patio interior) como de la excelente colección de arte del que fue magnate del acero Henry Clay Frick. La exposición temporal que había esos días era Masterpieces of European Painting from the Norton Simon Museum.
Terminada la sesión cultural, nos dirigimos a Porchetta, en el 110 Este de la calle 7ª para disfrutar de un muy rico cerdo asado (con la piel crujiente) con hierbas aromáticas. El local era muy pequeño y sólo servían ese plato (o bocadillo) y algún acompañamiento, pero mereció la pena.
Al salir de Porchetta nos acercamos a una tienda de discos que quedaba a pocos metros (creo que era Kim’s, en la 1ª avenida) y nos compramos el vinilo de The Pains Of Being Pure At Heart, la banda de moda en NY (los veremos en el Primavera Sound).
Seguimos de paseo hasta Bowery, para ver el New Museum, un más que curioso edificio formado por cubos descentrados, diseñado por Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa. Por desgracia, el edificio era lo único interesante del museo.
Continuamos el paseo por Broadway (quería ver el The Little Singer Building, de estilo Art Noveau), por la calle Prince (donde me sorprendió ver un trampantojo –en la esquina contraria a la tienda Appple del Soho–), etc, etc.
.Más tarde nos acercamos hasta Times Square, ya que, a las 8, empezaba el musical que íbamos a ver esa noche.
Wicked estuvo francamente bien: una historia muy entretenida, excelentes actores, una gran puesta en escena y muy buenos números musicales.
Al salir del musical, como hacía buen tiempo, volvimos andando al hotel, pasando por el Radio CIty Music Hall y por el Rockefeller Center (con su famosa pista de hielo, que en nuestra anterior visita no estaba en funcionamiento).
Al final fue un día mucho menos estresado que el miércoles, pero muy completo también.
El viernes tocaba nueva zona: íbamos a pasar todo el día en Brooklyn.
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