Primera entrega de las crónicas de varios viajes a NYC realizadas por Adolfo Añino procedentes de su blog.
Estas entregas suponen una estupenda guía, ilustradas con unas fotos buenísimas que aportan una visión de la ciudad mas allá de convencionalismos y que en definitiva son el resultado de una interesante manera de descubrir un lugar donde no vives pero que interesa conocer. No solamente los tópicos, también las peculiaridades y como en este caso, incluso detalles que seguro se les escapan hasta a los propios nativos.Nueva York 2009. DÍA 1
29 marzo 2009Lo que viene a continuación es una especie de diario de nuestro viaje a NY, que puede también servir de guía para disfrutar de la ciudad (aunque no he incluido muchas de las cosas que hicimos/vimos en el viaje de 2007).
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El Empire State el día de San Patricio
Casi dos años después de nuestra primera visita, estábamos de nuevo en Nueva York, una ciudad distanta a todas las demás que conozco y de la que es difícil no enamorarse.
En esta ocasión aterrizamos en el aeropuerto de Newark, mucho mejor que el decrépito JFK y bien comunicado con Manhattan. Era el día de San Patricio, pero no llegamos a tiempo de ver el desfile. Dejamos las maletas en el hotel y nos dispusimos a dar un largo paseo hasta la hora de cenar.
Por la Quinta Avenida quedaban algunos rezagados que, vestidos de verde, todavía no se habían refugiado en alguno de los incontables pubs irlandeses que inundan la ciudad, para dar buena cuenta de su cerveza. Ellos y la iluminación del Empire State, que empezaba a asomar en el atardecer, eran casi los únicos vestigios de la celebración que acababa de tener lugar.
Bajando por la Quinta se podía ver desde el impresionante Empire State y otros edificios muy originales hasta pequeñas curiosidades como los típicos carritos de comida o algunos ejemplos de Shoefiti.
Llegamos hasta Madison Square Park, donde nos recibieron el inconfundible Flatiron y una ardilla deseosa de llevarse algún resto de sandwich a la boca.
El Flatiron y el edificio Decker
Continuamos por Broadway hasta Union Square Park (donde está el Decker Building) y después seguimos por la calle 14 hasta la Séptima Avenida, donde nos sorprendieron los colores de Jensen Lewis y del escaparate de Geminola, y terminamos en The New French, en Hudson Street, donde disfrutamos de una hamburguesa que nos supo a gloria.
Volvimos al hotel en metro (la mejor opción para moverse por Nueva York) y nos fuimos a dormir, porque nos esperaba un miércoles muy intenso.
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